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29 de septiembre de 2014

La profundización del modelo.

Demasiados rumores en estos momentos de incertidumbre no ayudan, por el contrario, restan. Nada está claro sobre las decisiones que en materia cambiaria y de política económica tomará el gobierno nacional, suponiendo que habrá alguna. Sin embargo una cosa sabemos con certeza. Luego de la devaluación del 23% practicada en enero, la suba de tasas de interés y la reducción de tenencias en dólares de las entidades, se compraba tiempo para hacer los deberes. El problema? No se hizo ninguno. Se sabe que el tiempo desaprovechado es lo más caro, y parece que estos ocho meses cotizan en alza.

La economía está en recesión y el gobierno nacional continúa expandiendo el gasto a tasas de 55% anual, con recursos creciendo solo al 38% y ampliando, como consecuencia, la brecha fiscal. Sin financiamiento externo y sin inserción internacional,  la emisión monetaria es la única herramienta a la que se echa mano para cubrir el déficit fiscal. Con una base monetaria que ronda los $ 400.000 millones, es posible que de aquí y hasta fin de año haya que emitir unos $ 100.000 millones. La friolera del 25% de la base en tres meses. Por otro lado las reservas internacionales en divisas están clavadas alrededor de USD 28.000 millones. O sea, más pesos en relación a los dólares disponibles. Nótese que esto significa implícitamente la pérdida del poder de compra del peso, o lo que es lo mismo, una devaluación encubierta. Nótese también que el terminar convalidando una devaluación de tipo de cambio nominal no es otra cosa que blanquear esta situación. Vale una aclaración, estoy convencido que aún con el fuerte atraso cambiario que el gobierno nacional sigue propiciando y la pérdida de competitividad en el sector de bienes transables, el gobierno nacional no está en condiciones objetivas de administrar una devaluación que producirá un fuerte pasaje a precios posterior. Diría que ni siquiera podría administrar el desdoblamiento oficial del mercado de cambios. La falta de confianza en los decisores económicos lo impide. Debido a esto el círculo vicioso es muy difícil de romper.

Argentina debe pagar deuda por unos USD 4.500 millones antes de finalizar el 2014 que obviamente tomará de las reservas vía la cuenta “Fondo de Desendeudamiento Argentino” fijada en el presupuesto, lo que reduciría las mismas a USD 24.000 millones. Para el año 2015 los vencimientos por este rubro son mayores a USD 11.000 millones lo que pone en jaque la “caja en divisas” si no entran dólares comerciales genuinos. Por ahora podemos prever que una entrada de aprox. USD 8.000 millones proveniente de la balanza comercial en lo que resta del 2014 y todo 2015 serviría como aliviador, a lo que podríamos sumarles créditos, licitación de 4G, etc. por unos USD 5.000 millones adicionales. Esta cuenta excesivamente simple nos dejaría con un nivel de reservas de USD 24.500 millones para el cambio de gobierno. Veremos.

Está más que claro que la restricción del sector externo y la consecuente escasez de dólares, es la gran soga al cuello que no permite vislumbrar un mejor panorama. Importaciones pisadas que no liberan dólares productivos impiden poner en funcionamiento la maquinaria industrial, aumentar el volumen de exportaciones y estar un poco más tranquilos. A esto debemos agregar el default selectivo que imposibilita además conseguir dólares financieros. Todo un cóctel embriagador. El aumento de las expectativas de devaluación de la mayor parte de los agentes económicos expande la demanda de moneda dura para cobertura (dolarización) y como consecuencia la brecha entre el dólar oficial y el paralelo se encuentra en el 85%. En este sentido las nuevas/viejas operatorias estrellas entran con todo vigor, ante un cepo cambiario que aumenta de facto.

En efecto las operaciones de contado con liquidación y/o dólar bolsa (MEP) vienen creciendo fuerte en los últimos dos meses como un mecanismo para hacerse de dólares vía el mercado de capitales. Dicho sea de paso, operatorias absolutamente legales siempre y cuando se respeten las normas cambiarias. Ahora bien, una cosa es que el público en general, para atesorar, quiera acceder a esta herramienta que implícitamente devuelve un dólar de $/USD 14,20 y otra muy distinta es que se incentive al importador a recurrir a este procedimiento. Si bien las autoridades del BCRA han negado esta situación, manifestando que el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) es el único mercado autorizado legalmente para canalizar las operaciones de comercio exterior, cierto es que es un secreto a voces que es utilizado por importadores que de otra forma se ven imposibilitados de importar insumos y/o pagar los que se deben a los proveedores del exterior. La pregunta es si este aumento encubierto de costos será luego trasladado al precio final. Uno tiende a pensar que sí, puesto que de lo contrario sería diezmada cualquier rentabilidad posible. Ergo tenemos aquí nuevamente una devaluación encubierta. Y van dos.

Un párrafo aparte merece el impacto de la tasa de inflación anual de aprox. 40% sobre el tipo de cambio real multilateral (TCRM), solo para ver la evolución del peso frente a nuestros socios comerciales y la pérdida de competitividad asociada. El Índice (TCRM) de Rofex de agosto del 2014 resulta en 1,91. O sea, 2,73% mayor a julio del mismo año. En criollo, la apreciación real frente a nuestros socios va en aumento y con ello se agudiza el problema de la relación de intercambio.

Como si esto fuera poco, el martes 30/09 Argentina depositó el pago de los cupones de los bonos PAR legislación extranjera por USD 160 millones a través de la nueva ley de pago soberano que tiene como fiduciario a Nación Fideicomisos en reemplazo del BONY. Será mirado esto desde las esferas internacionales como un nuevo default? El gobierno seguramente reiterará argumentos del tipo: “si depositamos no estamos en default”. Atención, los fondos ahora ni siquiera estarían depositados en un banco internacional como exige el Indenture, con lo cual la “coartada” decae en su “consistencia”. Muchos especialistas afirman que los fondos podrían ser embargados y que Nación Fideicomisos no sería una institución en condiciones de ser elegible. No solo por falta de capacidad operativa para articular pagos, sino incluso por cuestiones legales.

La oferta de la semana no termina acá. Luego de detonar públicamente la silla de Juan Carlos Fábrega, la última garantía de cordura, aunque el excel dice que la gestión no fue buena, la Presidente puso en funciones a Alejandro Vanoli, dicho sea de paso, profe adjunto en una materia de la facu de quién escribe. Economía Internacional Monetaria era el nombre de la materia, aunque a juzgar por las circunstancias, con que tenga habilidades en Economía Monetaria, sería suficiente. Bajo el lema “nos cargamos al viejo” jóvenes oficialistas festejaban las “buenas” nuevas. Todo hace pensar que el enviado llegaría para profundizar “el modelo”. Los festejos duraron poco. Al día siguiente el Merval se precipitó en caída libre, en una clara muestra de desconfianza.

El gobierno nacional actúa con una visión IDEALISTA del mundo. O sea, el mundo es lo que yo veo y creo. Ergo, así nos va con el tema holdouts, teorías conspirativas, etc. Un estadista que se precie tiene una visión REALISTA del contexto. O sea, el mundo es lo que es y, en función de este DATO, intentaré conciliar mis ideas con la realidad sin comprometer la calidad de vida de los ciudadanos.

Insisto, solo con control de daños, esta economía no tiene la capacidad suficiente para llegar hasta diciembre del 2015. Lamentablemente no parece tomarse conciencia.

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