A los Argentinos nos gusta ponerle nombre a todo, esta nueva mini-etapa cambiaria no será la excepción.
“Dólar anclaje” inaugura el período de Alejandro Vanoli al mando del Central.
Efectivamente la nueva pax cambiaria introduce una receta por todos conocida.
Pisar el dólar nominalmente como ancla inflacionaria. Algo que ya experimentara
la otrora Marcó del Pont previo al gradualismo cambiario o microdevaluaciones.
Esta siempre es la receta a mano de manera de tener controlada la tasa de
inflación a costa de la pérdida de competitividad de la economía. A este ritmo,
debemos ajustar el análisis y definir lo que es “anclaje”. Bien podría ser una
tasa de devaluación anual del orden del 15-18%, contra una inflación que
desaceleraría para el 2015 en torno al 30-32% según nuestras proyecciones. El
atraso cambiario continúa siendo evidente mientras nos asomamos al tipo de
cambio real promedio de los 90´.
Uno podría engañosamente pensar
que se ha disipado toda expectativa de devaluación. En efecto las cotizaciones
de los futuros de dólar finalizaron setiembre con caídas en todas las posiciones,
sin embargo, para el promedio de las mismas, las tasas implícitas casi no
sufrieron variaciones con respecto a agosto 2014, ubicándose en torno al 27,45%.
Además el Interés Abierto (contratos de futuros de dólar pendientes de cancelación)
cerró setiembre un 28,9% arriba del interés abierto de agosto y 56,6% superior
a setiembre de 2013, donde las operaciones en el tramo medio (cuatro meses
vista) contienen el mayor volúmen. Por otro lado, y no es un tema menor, las tasas
implícitas de los contratos de cobertura cambiaria con liquidación en New York
(NDF – Non Delivery Forwards) saltaron a 40,7% en promedio en setiembre. Casi
700bp de aumento del riesgo cambiario local frente a agosto de 2014. Está claro
que aún persiste el riesgo cambiario, sobre todo pensando en una economía que
no genera dólares genuinos y tiene fuerte presión sobre el nivel de reservas
internacionales en divisas.
El ajuste por recesión es la otra
cara de la moneda que ayuda a mantener a raya el nivel de precios. El problema?
Que mientras se reduce la demanda agregada, aún tenemos inflación de costos.
Recordemos que la economía parece haber entrado en una etapa de amesetamiento
inflacionario en torno al 2% mensual, mientras que recién el año entrante
podremos verificar las mencionadas caídas en los niveles de precios. La
producción industrial de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) se contrajo
un 4,5% interanual en octubre y acumula el decimoquinto mes consecutivo de
caída, según el índice de la Cámara de la Mediana Empresa (CAME). El índice FIEL de Producción Industrial (IPI) muestra una caída de 4,7% en los primeros diez meses de 2014 frente al mismo lapso de 2013. Lamento decir
que el mundo no parece estar cayéndonos encima. Si bien permanece el riesgo de
deflación en la Zona del Euro, EE.UU creció 3,9% en el Tercer Trimestre del
2014.
La perlita de la semana estuvo a
cargo del INDEC con los datos de empleo. Veamos; el organismo publica que la tasa de empleo (trabajadores
cada 100 personas económicamente activas) disminuyó interanualmente de 42,9% en
3° trimestre de 2013 a 41,3% en 3° trimestre de 2014. Sin embargo sostiene que
el número de ocupados aumentó para el mismo período. Como es esto posible? Es
posible en la medida que el crecimiento de la población haya sido
considerablemente alto. Efectivamente, para el período considerado, el
crecimiento poblacional según el INDEC pasó de 0,9% a 4,1% en un año! En
realidad la institución menciona la existencia de un cambio metodológico
pasando de la proyección de población
basada en el CENSO 2001 a una basada en el CENSO del 2010. De hecho ambas
series son publicadas en 2013, lo cual es correcto técnicamente. Sin embargo el
INDEC publica una tercera serie que oficiaría de empalme estadístico entre una
y otra, y que es la base de sus cálculos. Es un error grosero “empalmar” series
no homogéneas. Lo correcto, en estos casos, es aplicar las tasas de empleo del
período considerado (3°T13 – 3°T14) a una misma población según sea 2001 o 2010.
Si se realizan los cálculos correctos, la destrucción de empleo total urbano
rondaría los 250.000. Los gráficos de empleo pertenecen al economista Federico Muñoz.
Miremos ahora el Frente fiscal.
La semana pasada mediante Decretos de Necesidad y Urgencia el Poder Ejecutivo
amplió en $50.000 millones el presupuesto del corriente año. El gasto
consolidado se amplió aprox. 15% en los últimos 9 años, pasando de 30% del PBI
en 2005 a casi 45% del PBI para 2014. El déficit fiscal actual es superior al
5,5% del PBI y es financiado básicamente con emisión monetaria.
El repaso en todos los frentes
nos indica que el círculo vicioso de la economía argentina está lejos de
romperse, por el contrario, continúa su retro-alimentación puesto que ningún
cambio en la estrategia económica se ha producido. Las expectativas están
puestas en lo que suceda a partir de enero de 2015 con el famoso juicio del siglo.
Muchos son los rumores sobre un posible arreglo con los Holdouts, pero las
señales del gobierno siguen siendo muy contradictorias. Está claro que el gobierno nacional irá monitoreando la marcha de los acontecimientos viendo si el CEPO en el que está
metido el país aguanta un año más o por el contrario se vuelve insostenible. Extraer el mayor jugo posible del consumo y rezar a Vaca Muerta como política pro-inversión, parece ser el Modelo. Atención,
la OPEP anunció que no disminuirá la producción de crudo, en una guerra abierta
al shale oil liderada por Arabia Saudita. La fuerte caída del petróleo en torno
a los USD 70 por barril (WTI) evidenciada en este mes de noviembre, enciende
las alarmas de rentabilidad puesto que los costos de extracción de energía no
convencional, como en Vaca Muerta, son altos. Como dijera en una nota en el mes de febrero, no chocar es el único
esquema de máxima posible.