Parece que los colchones están de
moda, por lo menos en el ámbito del fútbol. El Atlético Madrid (colchonero)
barrió al Barcelona de Martino y Messi a fuerza de garra, orden y disciplina
consagrándose campeón de la liga española. Lamentablemente le faltó combustible sobre el final y se le escapó la champions.
En Argentina otro tipo de colchón,
el cambiario, sirvió de base para buenos momentos de la economía allá por el
año 2006. Hoy ese colchón cambiario no está, se fue, se esfumó, desapareció, se
entiende? Esto permitió, entre otras cosas, bancar un tiempo sin mover el tipo
de cambio nominal. Cualquier especie de corrida, como ocurrió en el año 2010,
era posible apagarse en dos días con el poder de fuego del BCRA que por
entonces estaba cercano a los USD 50.000 millones. Como se logró ese colchón? Con
tipo de cambio alto, o sea una moneda depreciada que estimulaba al sector
exportador, pero que ponía un peaje vía derechos de exportación. Si Uds
recuerdan, por el año 2006, nadie hablaba de retenciones, solo los ámbitos
técnicos. Néstor era vivo, “pará un cacho decía entre bambalinas, que de esta
forma ganamos todos” y tenía razón. Esto generó superávit comercial. Atención,
para que el círculo cerrara también garantizó superávit fiscal a través de su
libretita diaria. Para ese año el superávit fiscal primario (sin incluir
intereses de la deuda) llegó a 3% del PBI.
Este fue el modelo por casi 5
años, diría del 2004 al 2009. De aquí y hasta mediados del 2010 íbamos y
veníamos, pero a partir del 2011 la cosa empezó a cambiar. En parte por los
resabios de la crisis internacional, pero sobre todo por mala estrategia
económica. El proceso inflacionario comenzó a erosionar la competitividad y el
dólar comenzó a atrasarse incentivando el aumento de las importaciones que
comenzaron a estrangular el balance comercial. Allí llegó comercio interior
para sofocar el fuego con nafta. Restricciones y cepo. Como la inversión, que a
propósito ahora sabemos que no fue del 22% del PBI sino del 17%, no era
suficiente para garantizar un crecimiento sostenido, se apeló a sostener la
demanda agregada a través del consumo. Para esto era necesario mantener un gasto
público alto, solo posible vía aumento de la presión tributaria, retenciones hasta en trigo y una tasa de emisión monetaria creciente para financiar un déficit fiscal que mostraba
signos de aceleración. Los recursos no eran, y no son, suficientes. Este
esquema de dominancia fiscal retroalimentó el proceso inflacionario. La tasa de
emisión monetaria de los años 2011, 2012 y primeros meses del 2013 era del 30% anual promedio. Sin financiamiento externo y con restricción de divisas, el
nivel de reservas llegó al mínimo de USD 25.000 millones. Solo para tomar dimensión, el
colchón cambiario (nivel de reservas internacionales) en la actualidad de
Brasil es de USD 350.000 millones, de Perú USD 65.700 milllones, de Colombia
USD 43.500 millones, de Chile USD 41.000 millones.
El 2014 nos recibió con una
economía mostrando todas sus restricciones y la presión sobre el dólar genero
una mini-corrida cambiaria que terminó con una devaluación del 23% en la semana
del 20 de enero pasado. Menos mal que apareció un Presidente del BCRA que impuso
cierta lógica y frenó la corrida básicamente con tres medidas: suba de tasas,
restricción de tenencia de activos en moneda extranjera a las entidades
financieras y fuerte absorción monetaria. Lo malo? Frenazo de la actividad
económica. Es obvio, el modelo ajusta vía caída del salario real.
Ahora bien, a partir del segundo
semestre del año 2010 había que empezar a llevar el auto al service:
-Pudimos haber puesto buena parte de la carne en el asador para volver a los mercados
voluntarios de deuda internacionales, pero no se quiso. El discurso del
desendeudamiento era muy fuerte. Entendamos una cosa. Tener fuentes potenciales
de financiamiento externo no es para endeudarse a lo bruto, como en los viejos
tiempos, sino para momentos como este donde la restricción externa no genera
divisas. O acaso no es bueno que una empresa tenga una calificación crediticia
en un banco por si necesita disponer de un crédito? Qué tal si esta empresa no
tiene problemas de solvencia pero si de liquidez momentánea?
-Pudimos haber utilizado además a los mercados financieros internacionales para recomponer el
stock de reservas.
-Pudimos haber inducido cierto orden en las cuentas fiscales, sobre todo con los subsidios
económicos que hoy son del orden de los $ 140.000 millones anuales. Conforme el
nivel de reservas bajaba, era necesario tener una mayor coordinación fiscal y
monetaria. Si se expande mucho el dinero en poder del público y hay baja
absorción monetaria y bajo crecimiento, ese dinero solo tiene un lugar hacia
dónde ir, a precios. En ese momento había tiempo para una reducción paulatina y
un proceso de diferenciación de subsidios de manera de mantenerlos para las
familias que ciertamente los necesitaban y reducirlos o quitarlos para aquellas
que podían pagar cien y hasta mil veces ese nivel de servicios. Departamentos
en zonas residenciales de la capital federal con facturas de $150 por bimestre.
Imaginen, equipos de aire acondicionado hasta en el patio.
-Pudimos haber establecido ciertas metas fiscales e inflacionarias que evitaran cuellos de
botellas posteriores.
-Pudimos
haber recreado mejores condiciones para la inversión extranjera directa a través
de una política económica más consistente.
-Pudimos haber comenzado un proceso incipiente pero serio de recomposición de la matriz energética.
-Pudimos haber comenzado un proceso incipiente pero serio de recomposición de la matriz energética.
-En
fin, pudimos haber hecho muchas cosas, pero en Argentina la agenda política no
se lleva bien con la economía.
REALIDAD ACTUAL
Como dije, con la llegada del
nuevo Presidente del BCRA tenemos unos meses de relativa paz cambiaria, aunque
estos últimos días el dólar oficial comenzó a levantar nuevamente. Los rumores sobre discrepancias entre el
Ministerio de Economía y el Banco Central son muchos por estos días, al punto
de obligar a este último a publicar una desmentida. Cierto es que la falta de
coordinación existe y es manifiesta. Como escribiera hace un tiempo, era cantado
que por estos meses se venía el proceso de sintonía fina, frase políticamente
correcta para evitar decir prueba y error. Las restricciones que mencionaba
permanecen intactas, nada se ha hecho en este sentido para liberarlas al menos
un poco. Conforme el proceso inflacionario y la falta de dólares continúa, la
ausencia de financiamiento externo solo nos lleva a una nueva/vieja situación:
expectativas de devaluación.
Así las cosas, el mecanismo de
prueba y error comenzó nomás impulsado por una reducción de la tasa de interés.
Batalla ganada por Kicillof a Fábrega. Este último sabía que aún no era tiempo.
Que recrear nuevas expectativas de devaluación en plena liquidación del agro
era un error. Pero batallas son batallas. Qué pasó? Se disparó el paralelo. De
manual. Pura sábana corta. Seamos honestos, el paralelo también se disparó por los vivos "corre rumores" de siempre, que aprovechan para embolsar alguna diferencia. De momento el Presidente del BCRA
declaró el día 27/05 en el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción que
espera que las reservas internacionales se mantengan en USD 28.000 millones
para finales del 2014 y que solo propiciaría una mayor reducción de tasas de
interés si el nivel de precios mensual se redujera en forma permanente por
debajo del 2%. Una especie de Forward Guidance Argy.
Es absolutamente necesario
entender una cosa, es claro que se necesita reactivar el nivel de actividad,
pero hasta que no puedas domar un poco al dólar, es imposible en argentina
producir mejoras reales. Es así, nuestra economía es un experimento a escala
planetaria. Parece que las autoridades habrían tomado nota del error y estarían
intentando “coordinar”. El BCRA está intentando poner calma vía el mercado de
futuros, por lo menos es lo que viene mostrando a partir del 22/05. Pero esta es otra historia. Por lo pronto parece que se
arregló con el Club de París (USD 9.700 milllones en cinco años) y Rusia nos
habría invitado a participar del grupo de los BRIC (Brasil, Rusia, India y
China), al que se sumó Sudáfrica hace un tiempo. Algo así como BRICSA. Son
buenas noticias, la primera se las anticipé hace un tiempo. No pienso cambiar de opinión, dije que son buenas noticias y lo sostengo. Igual nótese una cosa. Al 30/09/2013 la deuda con el Club de París acusaba USD 4.900 millones de capital más unos USD 1.000 millones de intereses atrasados pero sin punitorios. No quisimos. A la fecha tiramos la raya en USD 9.700 millones que parece ahora sí se deberían a punitorios de una década, aunque no está muy claro. En todo caso, que picardía USD 3.800 millones adicionales por 7 meses. El costo de decir y desdecirse.
LA MICRO Y LA PROTECCIÓN DEL BOLSILLO
La pregunta que más me realizan es casi obvia: Qué va a pasar con la economía en unos meses y específicamente con el dólar. Más allá de dar mi opinión, que por supuesto no implica ninguna verdad absoluta ni mucho menos, siempre sugiero tomar la siguiente actitud. Es bastante común que la gente en general analice cuál será la política del gobierno nacional pero desde su propia perspectiva. Eso es un error. Si Ud quiere analizar lo mejor posible el devenir de los acontecimientos, deje de lado lo que Ud desearía o le gustaría, e intente pensar como político. Acá de lo que se trata es de entender lo mejor posible la realidad para tomar decisiones. Ejemplo, entramos en un contexto electoral. Conoce Ud algún gobierno que desee achicar el gasto en estos momentos? Por lo tanto lo más probable es que la expansión del gasto continúe, tal vez con una mayor coordinación en la política monetaria. Como consecuencia la inflación seguirá alta, digamos aproximadamente 35% anual. Conoce Ud algún gobierno que desee meter un salto devaluatorio en este contexto? Aunque esto es algo más complicado, lo más probable es que intente ajustar el tipo de cambio (dólar) al compás de la inflación. Si ese fuera el caso, y suponiendo que en el primer cuatrimestre tuvimos un 14% de inflación, una posibilidad sería que a la micro devaluación iniciada hace una semana, le reste aprox. un 20% hasta fin de año. O sea, un dólar alrededor de $9,60 para diciembre. En lo personal prefiero un plan anti-inflacionario a devaluaciones. Pero recuerde, no se trata de lo que uno prefiera, sino de lo que podría hacer el gobierno nacional.
LA MICRO Y LA PROTECCIÓN DEL BOLSILLO
La pregunta que más me realizan es casi obvia: Qué va a pasar con la economía en unos meses y específicamente con el dólar. Más allá de dar mi opinión, que por supuesto no implica ninguna verdad absoluta ni mucho menos, siempre sugiero tomar la siguiente actitud. Es bastante común que la gente en general analice cuál será la política del gobierno nacional pero desde su propia perspectiva. Eso es un error. Si Ud quiere analizar lo mejor posible el devenir de los acontecimientos, deje de lado lo que Ud desearía o le gustaría, e intente pensar como político. Acá de lo que se trata es de entender lo mejor posible la realidad para tomar decisiones. Ejemplo, entramos en un contexto electoral. Conoce Ud algún gobierno que desee achicar el gasto en estos momentos? Por lo tanto lo más probable es que la expansión del gasto continúe, tal vez con una mayor coordinación en la política monetaria. Como consecuencia la inflación seguirá alta, digamos aproximadamente 35% anual. Conoce Ud algún gobierno que desee meter un salto devaluatorio en este contexto? Aunque esto es algo más complicado, lo más probable es que intente ajustar el tipo de cambio (dólar) al compás de la inflación. Si ese fuera el caso, y suponiendo que en el primer cuatrimestre tuvimos un 14% de inflación, una posibilidad sería que a la micro devaluación iniciada hace una semana, le reste aprox. un 20% hasta fin de año. O sea, un dólar alrededor de $9,60 para diciembre. En lo personal prefiero un plan anti-inflacionario a devaluaciones. Pero recuerde, no se trata de lo que uno prefiera, sino de lo que podría hacer el gobierno nacional.
Dado el nivel de incertidumbre
general, bueno sería tomar ciertos recaudos para protegernos de los vaivenes
económicos. Como principio fundamental digo: No es cierto que no hay nada que
podamos hacer para proteger nuestros bolsillos frente a escenarios económicos
inflacionarios y de incertidumbre como el actual. Muchas veces no se trata de
encontrar instrumentos de inversión como bonos en dólares por ejemplo, sino de
definir una estrategia basada en decisiones. Desde ya que para quienes estén
familiarizados con inversiones financieras, aunque no abunden, hoy existen
varios instrumentos (o una cartera de ellos) que no solo protegen sino que generan
una renta aceptable con riesgo acotado.
A veces, sin embargo, lo mejor es
combinar estas herramientas con buenas decisiones. Ejemplo, mucho escuchamos
por la calle frases como “…no me quiero quedar en pesos porque pierdo todos los
días”, y por lo tanto salimos a gastar a tontas y a locas. Ahora bien, ese
proceso puede planificarse de manera que sea sustentado por cierta lógica
económico – financiera. Recuerde que Argentina es muy cambiante, y lo que no
convenía ayer puede convenir hoy. Mire las tasas de interés de plazos fijos si
no me cree. De 18%, se fueron a 25% y ahora vuelta a 21%. Lo mismo si piensa endeudarse, aunque ahora la
oferta ya no es tan amplia y los requisitos son mayores. Piense y analice antes
de hacerlo. Si Ud es asalariado, se quiere endeudar a más de un año y tiene
cierta seguridad que obtendrá una recomposición salarial mayor o igual a la
inflación puede que le convenga, pero tal vez el dinero que necesite para
atender mensualmente esa deuda comprima su presupuesto en un futuro, dado que
Ud viene aumentando su nivel de gasto. Lo mismo para una empresa. Los créditos
y descuento de valores al 17,5% eran/son una buena alternativa, pero será mejor
si Ud conoce con la mayor exactitud posible el costo de capital de su empresa y
la rentabilidad promedio. En estos tiempos tiene que entender bien las
diferencias entre solvencia y liquidez. Aunque a veces es engorroso, tómese el
trabajo de tener lista una carpeta crediticia para presentar en Sociedades de
Garantía Recíproca (SGR). Lo puede sacar de un apuro más de una vez y bajar el
costo financiero.
En fin, como digo siempre, en la
planificación y la disciplina financiera está la clave para convivir con el
dinero en estos tiempos complicados. No subestime la planificación de las
pequeñas cosas, en muchos casos es el combustible para llegar a fin de mes.
Tenga lo más claro posible el escenario económico y ajústelo a su actividad. No
use a la incertidumbre como excusa para no hacer los deberes. Lo único que no
puede evitar hoy es hacer los deberes. A veces solo con eso es suficiente. Una
última cosa, sea flexible, o por lo menos haga el intento.