Asumió Vanoli, el nuevo Presidente
del Banco Central. Misión: Bajar la cotización del dólar paralelo y noquear el
dólar implícito que surge de las operaciones de contado con liquidación. En qué
consiste esta operatoria? Básicamente en adquirir con pesos títulos en dólares o acciones
que coticen en New York para venderlos luego de las 72hs recibiendo los dólares
que de la operación surjan depositados en una cuenta en el exterior. La norma
cambiaria exige que los títulos/valores sean liquidados luego de 72hs para que
de esta forma la transacción no sea considerada una operación de cambio. Va de
suyo que también es lícito realizar la operación contraria. De manera que una
persona puede desde una cuenta en el exterior realizar la operación y tener
luego los pesos depositados en Argentina. De hecho, esta segunda opción es el
motivo por el cual se incentivó la medida con la asunción de Kiciloff, de
manera de habilitar una vía de ingreso de dólares al país. Por ejemplo, si
alguien quisiera hoy realizar esta operatoria, podría lograr recibir 13,40
$/USD. Bastante más lógico y razonable que recibir solo 8,5 $/USD (cosa que
además solo es posible para exportadores).
Esta última semana
parece entenderse como funcionan las expectativas en la economía y sobre todo
en el mercado cambiario. El problema? Que se lo utiliza en sentido negativo.
Efectivamente intervenir con ventas agresivas de títulos en propiedad de la
ANSES en el contado con liquidación terminará por reducir su cotización,
impactando en igual dirección en el dólar paralelo. La contracara lógica es
desvirtuar el funcionamiento del mercado de capitales local, reducir
operaciones, aumentar el control y propender a su achicamiento. En criollo, es
como intentar adelgazar tomando solo agua durante dos meses. Al final
seguramente habremos adelgazado, pero los daños colaterales nos traerán una
nueva historia. Sin embargo, cuando el lema es “el fin justifica los medios”,
poco se piensa en las consecuencias.
A la economía Argentina le faltan
dólares y el mantenimiento de este virtual atraso cambiario, obliga a intentar
seguir tapando agujeros por donde se puedan filtrar. El gobierno nacional
quiere que la economía entre en un cepo, y si no cabe, pues habrá que
achicarse. Mientras tanto se incentiva el puré doméstico con el dañino efecto
de producir una fenomenal transferencia de ingresos de los sectores más
vulnerables hacia los más acomodados. Como es esto? Quiénes pueden acceder al
dólar ahorro; trabajadores en blanco y con salarios mayores a $ 8.000,
monotributistas de las clases más altas, directores de sociedades, etc., se ven
motivados a adquirir la divisa y venderlas luego en el paralelo intentando mejorar
sus ingresos mensuales. Desde luego quién puede aguantarlos se los guarda en un
intento de dolarización continua. O sea, el BCRA le da un dólar subsidiado de
$/USD 10 a los que más pueden y obliga a los más vulnerables a ir al blue y
pagarlo $/USD 14,80. Por supuesto las autoridades tienen una justificación al
respecto, que es el intento de achicar la brecha. Mientras tanto una
interesante distribución de ingresos inversa se está produciendo. Logrará
Vanoli frenar esta nueva mini-corrida y establecer una nueva pax
cambiaria? Es posible que lo logre por un corto tiempo, hasta que se canse de
mantener el brazo en alto tapando el agujero.
Es que los agentes económicos
aprenden, miran las variables económicas y dudan de que este camino sea el
adecuado. Obviamente no lo es para quién escribe. Como la incertidumbre, debido
al aumento de las expectativas de devaluación sigue alta, el proceso de
dolarización de cartera no se detiene. El mes de setiembre pasado mostró un
pico de USD 380 millones mensuales de salida de dólares por la vía del dólar
ahorro. Desde luego, como dijimos más arriba, algunos vuelven a
entrar vía el mercado paralelo. Dos consecuencias al respecto que vale la pena
señalar: 1- Estos dólares son entregados por el BCRA, con lo cual contribuye a
la caída en el nivel de reservas internacionales. 2- Un porcentaje de dólares
entregados en blanco vuelven al mercado pero en forma ilegal o informal,
alimentando el paralelo y precarizando a la economía. Obsérvese la clase de
incentivos nocivos que estamos creando. Estamos de acuerdo que en determinadas
circunstancias es necesario regular ciertos mercados. Pero una cosa es regular
y crear mecanismos de incentivos y otra muy distinta es la teoría del apriete y
el estado gendarme. Nada bueno sale de esto último.
Por otro lado, y como primera medida para inducir el ahorro en pesos, el BCRA la semana pasada subió el
piso de tasas de interés que los bancos deberán pagar por las colocaciones que
reciban. En efecto, a partir del 08-10, las tasas para plazos fijos surgirán de
una proporción de las colocaciones de los tramos más cortos de letras de la
entidad. Más específicamente serán el 87% de las colocaciones a los plazos más
cortos, lo que devuelve una tasa de interés anual de aproximadamente 23%.
Contra una inflación anual del 40%, la tasa real sigue siendo negativa en 17
puntos. La entidad está claramente regulando el spread bancario (ganancia de
los bancos), e intentando estimular al ahorrista en moneda local. La verdad es
que el mejor estímulo para el ahorro en pesos es sin lugar a dudas reducir la
tasa de inflación que destruye el salario real en forma permanente.
En este estado de situación bien
vale hacernos una nueva pregunta: Los agentes económicos le están creyendo al
Banco Central, o sea al gobierno? Veamos, el último informe del Rofex (Rosario
Future Exchange) muestra que el mes de Agosto de 2014 fue récord en posiciones
abiertas de contratos de futuros en el tramo medio de la curva. O sea,
contratos a cuatros meses vista. Las posiciones a Diciembre 14 y Enero 15 son las que
mayor interés abierto muestran. Por qué? Simplemente porque nadie desea
cerrarlas anticipadamente, previendo una posible devaluación. Obsérvese como
operan las expectativas en este caso. No importa si efectivamente se terminará
convalidando una devaluación del tipo de cambio nominal, por las dudas hoy me
cubro. Profecía autocumplida? Veremos.
En fin, está muy claro que nada
se resuelve achicando la economía, pisando importaciones y tapando agujeros
para impedir la salida de dólares. Generarlos en forma genuina a través de la
promoción y el incentivo a la inversión extranjera y el superávit creciente de
la balanza comercial debería ser el Plan a desarrollar. Dadas las señales,
habrá que aguantar y esperar al nuevo gobierno para ver si esta alternativa
finalmente es posible.
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