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25 de abril de 2014

Quedan vientos de cola para Argentina?

Arrancamos con dos preguntas: la macroeconomía argentina está atada con alambres? Respuesta casi obvia: Si, chocolate por la noticia. La macroeconomía de Brasil está mostrando signos de agotamiento? Respuesta no tan obvia pero de consenso: Si.

Brasil está mostrando una tasa de inflación que desafía permanentemente la meta del banco central de 6,5%. Es probable que el actual ciclo de suba de tasas de interés no termine hasta que la tasa de referencia Selic alcance niveles de 11,50 - 11,75%, con un par de alzas de 25 puntos básicos en un tiempo, lo que probablemente recienta el nivel de actividad y obligue al gobierno de Dilma Rousseff a continuar expandiendo el gasto público con lo cual el cumplimiento de las metas fiscales se hace más complicado.


Las comparaciones son odiosas así que no es la idea de este post. El punto es que más allá de las condiciones externas, las estructuras económicas de algunos países muestran ciertas tensiones. Recordemos que los mercados emergentes vienen hedgeando bastante bien la normalización monetaria practicada por la FED, aunque a principios del 2014 la salida de fondos de países emergentes pintaba un panorama muy sombrío. De todas formas los alerts siguen amarillos sobre emergentes en general y Latinoamérica en particular. Según el FMI en su presentación en Lima (Perú) los mercados emergentes no pueden descartar futuras presiones sobre sus cuentas financieras debido a posibles outflow de capitales. Es necesario entender una cosa, salida de capitales tiene como consecuencia lógica una suba de tasas de interés como intento de esterilización, además de fuertes presiones sobre el tipo de cambio. A esto debemos agregar que para mediano y largo plazo no parece haber mucho up-side en los valores de materias primas, cereales y oleaginosas en particular, aunque aún los precios están altos y de vez en cuando marcan récord. Dólar más caro significa commodities en un techo.

Me permito citar unos pasajes de una nota de Enrique Szewach que luego publicara ámbito financiero:

“..En términos de rentabilidades, prestarle a Brasil no es rentable porque se presta a tasa de “Dilma hoy”, pero el riesgo es “Dilma mañana”. En cambio prestarle a la Argentina es rentable, porque se presta a tasas de “Cristina hoy”, pero el riesgo es “no Cristina mañana”.

“…En efecto, el interés de Dilma es la reelección, en ese camino, lo ideal, obviamente, es tener a los votantes contentos, lo que implica, aumentar el gasto público, mantener una política monetaria blanda, impulsar una suba del salario real, etc. Sin embargo, este no es el mejor camino para Brasil”.

“…En síntesis, Dilma enfrentada al dilema que Cristina resolvió mal en el camino a las elecciones del 2011  y que ahora la Argentina está pagando con creces.

“…Y Cristina enfrentada a su propio dilema, ajustar y aguantar, o buscar la amistad del mercado de capitales, y sumarle a la pesada herencia que dejará, más ajuste y más deuda.”


Una digresión. Cualquier crítica, hasta la más dura, es bienvenida, pero por favor eviten la frase "economía de economistas", lejos de mi intención.

Por supuesto podemos estar de acuerdo en todo, en parte, o en nada con esta opinión, pero hay un análisis subyacente que no podemos soslayar. En gran parte de Latinoamérica los ciclos económicos continúan fuertemente determinados por los ciclos políticos, sobre todo en Argentina y Brasil. A la región le ha costado más de la cuenta separar algo el devenir económico de las ambiciones políticas, por más que estas sean genuinas. Chile, aún con dificultades, ha demostrado avances en estos temas, aunque actualmente ciertas reformas educativas pretendidas por la actual administración y más similares al sistema uruguayo, parecen tener fuertes resistencias. Tema absolutamente importante el que se discute por estos días en el seno de la sociedad chilena en términos de educación. Cierto es que el ciclo 2014 – 2015 es un bienio de elecciones y la región se juega gran parte del futuro económico.

Está claro que la combinación de deterioro fiscal y política monetaria bajo dominancia fiscal con fuerte impacto en la tasa de inflación son absolutamente nocivas para la economía argentina. Sin señales en contrario la cosa parece estar complicada. Ahora bien, a pesar de la foto, es posible tener una película con cierto final feliz en Argentina? O mejor dicho, hay algunos indicadores que nos permitan ver el vaso medio lleno en un futuro cercano?

En primer lugar es justo reconocer que Argentina ha estado creciendo los últimos 10 años, aunque también es justo decir que a tasas decrecientes, lo cual tira para abajo cualquier promedio. Efectivamente según nuestra estimación el PBI argentino no creció más de 2% para el 2013. El consenso esta en -1 y -1,5% para el 2014, aunque marzo muestra una industria con una contracción del 6%. En segundo lugar toda la deuda pública consolidada no excede el 45% del PBI. Pensemos que en verdaderos momentos de crisis la deuda excedía con creces el ingreso nacional. Como tercer cuestión vale decir que la cuenta de capital tiene un “cero” dado el inexistente ingreso de capitales tanto de inversión de cartera como extranjera directa. O sea, el potencial de ingreso de divisas está intacto si lo sabemos aprovechar. Como consecuencia de lo anterior y en cuarto lugar nos encontramos relativamente blindados de los fuertes shocks externos que hace poco tiempo tuvieron en vilo a los mercados emergentes en general. En quinta posición diría que aún un contexto de tasas bajas en los mercados desarrollados nos sigue jugando a favor en orden de volver a los mercados financieros internacionales. La FED todavía mantiene sus tasas de referencia entre 0 y 0,25%. Finalmente en sexto lugar la posibilidad que a partir del 2016 la administración entrante tenga estilos menos personalistas de conducción, más moderadas sus ejecuciones en términos de política económica y ciertas aperturas pro-mercado que son necesarias.

Recuerden lo que vengo manifestando en mis análisis. Si bien es cierto que cada gobierno tiene su propia orientación ideológica en términos de política económica, lo cual está bien, no es menos cierto que en muchos casos hay medidas que no son de derecha o izquierda, simplemente son necesarias. Esto es pragmatismo. Una suerte de visión ecléctica seguramente beneficiosa.

Obviamente cada rasgo positivo mencionado anteriormente tiene su contracara y son por todos conocidos. Por ejemplo un nivel de riesgo país por las nubes que dificulta poder tomar deuda a tasas relativamente bajas con el agregado de complicaciones legales que hoy lo impiden. Sin embargo la intención de este artículo es ver que efectivamente aún existen condiciones objetivas para aprovechar y ciertos vientos de cola, aunque claramente no depende de meros voluntarismos. Por enésima vez, espero estemos a la altura de las circunstancias.





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