Arrancamos
con dos preguntas: la macroeconomía argentina está atada con alambres?
Respuesta casi obvia: Si, chocolate por la noticia. La macroeconomía de Brasil
está mostrando signos de agotamiento? Respuesta no tan obvia pero de consenso:
Si.
Brasil está mostrando una tasa de inflación que desafía permanentemente la meta del banco central de 6,5%. Es probable que el actual ciclo de suba
de tasas de interés no termine hasta que la tasa de referencia Selic alcance
niveles de 11,50 - 11,75%, con un par de alzas de 25 puntos básicos en un
tiempo, lo que probablemente recienta el nivel de actividad y obligue al
gobierno de Dilma Rousseff a continuar expandiendo el gasto público con lo cual
el cumplimiento de las metas fiscales se hace más complicado.
Las
comparaciones son odiosas así que no es la idea de este post. El punto es que
más allá de las condiciones externas, las estructuras económicas de algunos
países muestran ciertas tensiones. Recordemos que los mercados emergentes
vienen hedgeando bastante bien la normalización monetaria practicada por la
FED, aunque a principios del 2014 la salida de fondos de países emergentes
pintaba un panorama muy sombrío. De todas formas los alerts siguen amarillos
sobre emergentes en general y Latinoamérica en particular. Según el FMI en su
presentación en Lima (Perú) los mercados emergentes no pueden descartar futuras
presiones sobre sus cuentas financieras debido a posibles outflow de capitales.
Es necesario entender una cosa, salida de capitales tiene como consecuencia
lógica una suba de tasas de interés como intento de esterilización, además de
fuertes presiones sobre el tipo de cambio. A esto debemos agregar que para
mediano y largo plazo no parece haber mucho up-side en los valores de materias
primas, cereales y oleaginosas en particular, aunque aún los precios están
altos y de vez en cuando marcan récord. Dólar más caro significa commodities en
un techo.
Me
permito citar unos pasajes de una nota de Enrique Szewach que luego publicara
ámbito financiero:
“..En
términos de rentabilidades, prestarle a Brasil no es rentable porque se presta
a tasa de “Dilma hoy”, pero el riesgo es “Dilma mañana”. En cambio prestarle a
la Argentina es rentable, porque se presta a tasas de “Cristina hoy”, pero el
riesgo es “no Cristina mañana”.
“…En efecto, el interés de Dilma es la reelección, en ese camino, lo
ideal, obviamente, es tener a los votantes contentos, lo que implica, aumentar
el gasto público, mantener una política monetaria blanda, impulsar una suba del
salario real, etc. Sin embargo, este no es el mejor camino para Brasil”.
“…En síntesis, Dilma
enfrentada al dilema que Cristina resolvió mal en el camino a las elecciones
del 2011 y que ahora la Argentina está
pagando con creces.
“…Y Cristina
enfrentada a su propio dilema, ajustar y aguantar, o buscar la amistad del
mercado de capitales, y sumarle a la pesada herencia que dejará, más ajuste y
más deuda.”
Una digresión.
Cualquier crítica, hasta la más dura, es bienvenida, pero por favor eviten la
frase "economía de economistas", lejos de mi intención.
Por supuesto podemos
estar de acuerdo en todo, en parte, o en nada con esta opinión, pero hay un
análisis subyacente que no podemos soslayar. En gran parte de Latinoamérica los
ciclos económicos continúan fuertemente determinados por los ciclos políticos,
sobre todo en Argentina y Brasil. A la región le ha costado más de la cuenta
separar algo el devenir económico de las ambiciones políticas, por más que estas sean genuinas. Chile, aún con dificultades, ha demostrado avances en
estos temas, aunque actualmente ciertas reformas educativas pretendidas por la
actual administración y más similares al sistema uruguayo, parecen tener
fuertes resistencias. Tema absolutamente importante el que se discute por estos
días en el seno de la sociedad chilena en términos de educación. Cierto es que
el ciclo 2014 – 2015 es un bienio de elecciones y la región se juega gran parte
del futuro económico.
Está claro que la
combinación de deterioro fiscal y política monetaria bajo dominancia fiscal con
fuerte impacto en la tasa de inflación son absolutamente nocivas para la
economía argentina. Sin señales en contrario la cosa parece estar complicada. Ahora
bien, a pesar de la foto, es posible tener una película con cierto final feliz
en Argentina? O mejor dicho, hay algunos indicadores que nos permitan ver el
vaso medio lleno en un futuro cercano?
En primer lugar es
justo reconocer que Argentina ha estado creciendo los últimos 10 años, aunque
también es justo decir que a tasas decrecientes, lo cual tira para abajo
cualquier promedio. Efectivamente según nuestra estimación el PBI argentino no
creció más de 2% para el 2013. El consenso esta en -1 y -1,5% para el 2014, aunque
marzo muestra una industria con una contracción del 6%. En segundo lugar toda
la deuda pública consolidada no excede el 45% del PBI. Pensemos que en
verdaderos momentos de crisis la deuda excedía con creces el ingreso nacional. Como
tercer cuestión vale decir que la cuenta de capital tiene un “cero” dado el
inexistente ingreso de capitales tanto de inversión de cartera como extranjera
directa. O sea, el potencial de ingreso de divisas está intacto si lo sabemos aprovechar.
Como consecuencia de lo anterior y en cuarto lugar nos encontramos
relativamente blindados de los fuertes shocks externos que hace poco tiempo
tuvieron en vilo a los mercados emergentes en general. En quinta posición diría
que aún un contexto de tasas bajas en los mercados desarrollados nos sigue
jugando a favor en orden de volver a los mercados financieros internacionales.
La FED todavía mantiene sus tasas de referencia entre 0 y 0,25%. Finalmente en sexto lugar la posibilidad
que a partir del 2016 la administración entrante tenga estilos menos
personalistas de conducción, más moderadas sus ejecuciones en términos de
política económica y ciertas aperturas pro-mercado que son necesarias.
Recuerden lo que
vengo manifestando en mis análisis. Si bien es cierto que cada gobierno tiene
su propia orientación ideológica en términos de política económica, lo cual
está bien, no es menos cierto que en muchos casos hay medidas que no son de
derecha o izquierda, simplemente son necesarias. Esto es pragmatismo. Una suerte
de visión ecléctica seguramente beneficiosa.
Obviamente cada rasgo
positivo mencionado anteriormente tiene su contracara y son por todos
conocidos. Por ejemplo un nivel de riesgo país por las nubes que dificulta
poder tomar deuda a tasas relativamente bajas con el agregado de complicaciones
legales que hoy lo impiden. Sin embargo la intención de este artículo es ver
que efectivamente aún existen condiciones objetivas para aprovechar y ciertos
vientos de cola, aunque claramente no depende de meros voluntarismos. Por enésima vez, espero estemos a la altura de las circunstancias.
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