-Que aunque fuera el elegido es esencialmente humano, ergo algunas cosas entendería y otras no.
-Que esta era la sexta vez que
rediseñaba la matrix y que la belleza de las primeras versiones solo era comparable
con su monumental fracaso.
-Que la perfección digital no era
compatible con el ser humano que permanentemente rechazaba el programa.
-Que frustrado pudo darse cuenta
entonces que la respuesta lo evadía porque necesitaba parámetros de control
menos perfectos.
-Que justo en ese momento, y no
otro, se topó con un programa intuitivo, diseñado en principio para investigar
ciertos “eventos” de la psique humana.
-Que el oráculo fue la respuesta
que estaba buscando durante mucho tiempo dado que la solución era aceptada por
el 98% de las variables de control (seres humanos), mientras a un nivel casi
imperceptible se les permitiera cierta “libertad”.
El muchacho, que estaba filoso, rápidamente lo interrumpe;
-Elección, el problema es la
elección.
Correcto, al fin saltó la laucha. El arquitecto solo pudo controlar a los seres humanos cuando entendió que debía otorgarles
una especie de libre albedrío. O mejor dicho, que el ser humano creyera que
podía decidir libremente aunque en realidad participaba en un delicado sistema
de control. Este sistema obviamente generaba fluctuaciones hasta en sus
ecuaciones más simples cuya consecuencia lógica era el surgimiento de la
anomalía.
El problema de la elección
constituye el cuerpo central de la escuela neoclásica que en sus supuestos
básicos considera que los agentes económicos toman sus decisiones en forma
racional y que disponen de información perfecta, lo que implica que cualquier
cambio adoptado por un individuo es conocido por el resto. Aunque se ha
defendido bastante bien de numerosas críticas, cierto es que existen
innumerables casos donde las conductas humanas no tienen nada de racional. Los
efectos manada en los mercados financieros son muestra cabal de cuán irracionales
pueden ser los inversores en determinadas circunstancias. Aunque Ud. no lo
crea, los inversores son también personas. Como diría Keynes “los mercados pueden permanecer irracionales
mucho más tiempo del que Ud. puede permanecer solvente”
En economías más aburridas, con
ciclos económicos menos abruptos, es probable que los dilemas de elección se
presenten de forma menos estresante que en economías como la Argentina donde la
mayor parte del tiempo nos tienen a los sopapos. Sin embargo aún así podemos
comportarnos en forma irracional.
Casi finalizando su speech, el
canoso ya anticipaba lo que Neo decidiría. Una serie de precursores químicos
eran el desencadenante de una EMOCIÓN. El hombre estaba enamorado y en cambio
de tomar el camino “destinado” para el elegido donde diseminaría el código y
restablecería el proceso de manera de salvar a Zion y asegurar la continuidad
de la raza humana, se perfila para tomar la puerta contraria con el único
objetivo de salvar a su mujer de una muerte segura. Imagine Ud. espectador que
hubiera pasado en su mente y en el éxito de la película por cierto, si el tipo
hubiera tomado la decisión racional. Obvio, la historia hubiera sido un bodrio.
Al interponerse una emoción, la elección fue completamente diferente a pesar de
conocer las posibles consecuencias. Siempre es más lindo dejarse llevar por las
emociones, pero en cuestiones de finanzas personales es muy sabio adaptar el
autocontrol, sobre todo en el actual contexto económico.
Las emociones son parte
ineludible del proceso de toma de decisiones. Son una constante para todas las personas
aunque algunas pueden dominarlas en mayor grado que otras. No había necesidad
de cambiar el auto puesto que el actual es bastante nuevo. Hubiera sido mejor
ahorrar, pero la línea 2014 es espectacular y encima lo tienen en el color que
me gusta. La zanahoria del test drive funcionó al pelo y terminamos con un auto
nuevo. Tranquilo, aquí no se trata de evitar darse un gusto. Aún eligiendo esta alternativa, en el fondo Ud. es consciente que dicha decisión de consumo no
afectará su nivel de vida, aunque tal vez tenga que ajustarse un poco los
meses siguientes si el auto venía con impuesto incorporado. Dado su ciclo intertemporal de consumo, Ud. prefirió consumo presente a satisfacción futura. Por que? Entre otras cosas porque Ud. está descontando que el futuro es muy incierto. Esta conducta parece bastante racional en un contexto de alta inflación siempre y cuando tenga presente su restricción presupuestaria. "El futuro algún día llegará" y es mejor que lo encuentre lo más sólido posible.
En Argentina tuvimos corrida
cambiaria, pérdida galopante de reservas, devaluación, inflación del 11%, suba
de tasas en pesos, impuesto a los autos de lujo que no son tan de “lujo”.
Pasamos de cero liquidación de soja a un relativo aluvión a razón de USD 600
millones por semana y de un mercado paralelo del dólar que parecía crecer hasta
el cielo a una relativa Pax Cambiaria. Todo esto en un trimestre. Cuánto
durará? Veremos, aunque algo hemos anticipado en anteriores columnas. Ahora bien,
lo enumerado es información disponible, pasada y concreta. Pero, que sucede con
la información insuficiente que nos bombardea todo el tiempo? A cuánta de toda
esa “información” debemos prestar atención? Que probabilidad de ocurrencia
debemos otorgarle? Salvo que tengamos "insider information" (información desde
dentro), la mayoría de las personas debemos arreglarnos con lo que tenemos
disponible. Es lo que hay.
Por lo tanto, que racionalidad
podemos poner en juego a la hora de imaginar la forma en que se materializará
el retiro de subsidios y como impactará en el ingreso disponible? Se aplicará o
no un aumento del mínimo no imponible de ganancias? Intentarán reducir la
inflación o seguiremos inflados? Reaccionará en algún momento el mercado
inmobiliario? Habrá mejor acceso al crédito hipotecario? Podemos intentar dar
alguna respuesta, pero la probabilidad de error es alta, sobre todo en un país
como la Argentina. Sin embargo sí podemos hacer una cosa, PLANIFICAR.
Planificar (y laburar) es la decisión más racional que se puede tomar en
cualquier país y en especial en Argentina. Gastar a tontas y a locas, dado el
cortoplacismo vernáculo, es un error.
Cualquiera sea la situación en la
que Ud. se encuentre le aseguro que podrá enfrentar mejor los eventos futuros si
planifica; y estará ciertamente más tranquilo/a. Las personas de grandes
patrimonios deberán examinar si el diseño actual de las estructuras legales
contribuye a proteger sus bienes. Si dicha estructura se corresponde o no con
la carga impositiva. Si tiene su patrimonio correctamente diversificado tanto
por rentabilidad como por riesgo aún en un horizonte conservador. Si la
estrategia global persigue un crecimiento del capital en el tiempo y si además
contempla algún régimen de sucesión. Si tiene planificado su retiro tanto para
sí como para sus herederos.
Pero la planificación no es solo
para personas de grandes recursos, todo lo contrario. La mayoría de las veces
con la excusa de que la inflación es alta y perdemos poder adquisitivo, salimos
a consumir lo primero que se nos viene a la mente. Es cierto, el peso no
funciona como reserva de valor en forma permanente, pero mire las tasas
actuales. Un plazo fijo devenga 25% de tasa efectiva anual. Muchos quieren
aprovechar esta ventana y quedarse en pesos. El punto es que justamente
argentina se mueve a través de ventanas de oportunidades y la mayoría de las
personas no se comporta como un inversor profesional que nueve sus fichas como
en un tablero de ajedrez. Más razón entonces para planificar. Aún el consumo
debe ser planificado en estos tiempos. Conforme lo hagamos vamos a estar más
seguros y hasta podremos tomarnos ciertas licencias. El contexto actual exige
que seamos muy responsables con la administración de nuestros recursos. De Ud.
depende estar mejor parado para aprovechar el nuevo ciclo de bonanza que sin
dudas va a venir, aunque todavía tengamos largo año y medio por delante.
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