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6 de mayo de 2014

La inflación y el No Dilema

En el mes de febrero pasado escribía esto. Hoy 6 de mayo nuestra economía está en líneas generales tal cual lo anticipara entonces, con una salvedad: en ese momento decía que “hacia julio íbamos a estar intentando crear estímulos de crecimiento pero con la soga al cuello de la restricción cambiaria”, pues bien nos adelantamos casi dos meses. La caída del nivel de actividad es tal que no llegamos hasta julio. Recordemos que el sector industrial cayó 6% en marzo sobre todo arrastrado por el sector automotriz. También decía que “la suba de la tasa de interés necesaria para frenar la corrida cambiaria traería como efecto no deseado un frenazo de la actividad”, a esto debemos agregar el efecto crowding out. Esto es, la economía está expulsando al sector privado del acceso al crédito.

Claramente ninguna de las medidas adoptadas tuvo como objetivo reducir la tasa de inflación, por ende continuamos con un nivel de precios del orden de 35 – 40% anual. Una locura. Es cierto que la fuerte espiralización puede haberse frenado hacia marzo – abril, pero esto está motivado más por un ajuste recesivo de la economía que por una decisión política de coordinar un plan anti-inflacionario. La tan mencionada frase “sabana corta” es la forma más resumida de explicar lo que sucede hoy con la economía argentina. La suba de la tasa de interés conjuntamente con la fuerte absorción monetaria eran necesarias en orden de volver a anclar las expectativas de devaluación y generar cierta recomposición de reservas internacionales, pero al no haber un plan coordinado, estaba más que cantado que el parate se venía.

El BCRA, en su compulsa con el ministerio de economía, hoy parece estar cediendo cierto terreno convalidando una reducción de 100 puntos básicos en su colocación semanal de letras y notas. Para Lebac con vencimiento a 91 días la tasa es de 26,8%. Claramente comienza de nuevo la etapa de fine tuning (sintonía fina) en una economía no proclive a este tipo de calibraciones. En efecto, el mercado nuevamente descuenta devaluaciones futuras necesarias para contrarrestar la pérdida de competitividad producto de la inflación. Desde la devaluación del 23% practicada a fines de enero la tasa de inflación fue del 14%. No hay que ser economista para darse cuenta que perdimos 55% de devaluación real. La pregunta es si devaluaremos en forma gradual o de un saque.

En un sistema económico con total discrecionalidad como el nuestro, donde no existen metas fiscales ni inflacionarias, hacer sintonía fina es calibrar el modelo a ojo; prueba y error que le dicen. Subimos fuerte la tasa y conseguimos poner a dormir al dólar por un tiempo, la bajamos mucho y es probable que lo despertemos y volvamos a recrear un contexto de expectativas de devaluación que actuaría en contra de la fuerte liquidación proveniente del agro de estos meses. En este sistema, sin embargo, subyace una paradoja. Una suerte de pecado original que parece no tener solución. Tanto si propiciamos un aumento del gasto con fuerte impacto en la demanda agregada a través del consumo, como si desaceleramos la actividad por las razones mencionadas, persiste una variable que parece no alterarse, la inflación. La presencia de una inflación persistente impide incluso que un DILEMA se presente. Por definición un dilema trae aparejado una suerte de necesidad de optar por dos opciones DISTINTAS con resultados a priori diferentes. Sin embargo en Argentina tenemos inflación tanto si crecemos como si nos estancamos. Elijamos el camino que elijamos el resultado parece inexorablemente el mismo; inflados. Explicar este fenómeno fuera de argentina es una tarea poco menos que titánica. Conforme los mecanismos virtuosos a través de la inversión no entren en juego seguiremos en este modus operandi.

Está más que claro que en la medida que no intentemos anclar expectativas inflacionarias con un plan serio y coordinado, la sábana corta persistirá y seguiremos corriendo la carrera nominal de la rata entre dólar e inflación. Habrá que comprar unas buenas running entonces puesto que es bastante probable que para agregar tela a esta sábana haya que esperar hasta el 2016.

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