Finalmente el acuerdo con el FMI y demás organismos multilaterales
involucró la friolera de USD 56.000 millones por un período de tres años, el
mayor en la historia del organismo con un país en relación a su cuota. El apoyo
a Argentina ha sido elocuente, el carácter de rescate a la economía argentina,
también. El primer desembolso se llevará a cabo el 20 de junio por un monto de
aproximadamente USD 15.000 millones (el resto será precautorio), el mismo día que el país podría ser
recategorizado como mercado emergente. Sobre los primeros USD 8.500 millones el
costo es 1,96%, para el resto será más cercano a 4%.
Se modifican además las metas fiscales e inflacionarias. Meta fiscal
será de 2,7% para 2018 (se mantiene), 1,3% para el 2019 (desde 2,2%) y
equilibrio fiscal para el 2020. El 2018 no tendrá meta inflacionaria, para el
2019 será de 17% y 13% para 2020.
El ministerio de finanzas se convierte ahora en el intermediario
estrella. Será quién maneje el flujo de aportes. Las divisas ingresarán entonces al Tesoro nacional, no al BCRA, y este podrá venderlas
por mercado a través del Banco Nación, acorde a sus necesidades fiscales. Es
importante destacar este mecanismo, de modo que el BCRA no está obligado a
adquirir las divisas ingresantes. Recordemos
lo siguiente; cada vez que el BCRA compra dólares que ingresan al país vía
colocación de deuda o línea crediticia de organismos como en este caso, este
debe emitir pesos ARS, que luego, dependiendo de la demanda de dinero (dinero
endógeno), debe esterelizar vía venta de Lebacs. O sea, aumentan las reservas
por el lado del activo de la hoja de balance de la entidad, pero también
aumentan los pasivos monetarios remunerados. Este mecanismo fue el que produjo
el enorme stock de Lebacs que hoy totaliza la friolera de ARS 1.200.000
milllones.
El Tesoro será un vendedor más en el mercado, pero no será quien maneje
la política monetaria, esta está totalmente a cargo del Banco Central a través
del ratificado Sistema de Metas de Inflación con tipo de cambio flotante. Claro
está, el Tesoro es ahora capaz de abastecer la oferta de dólares y “ayudar” al
central a administrar el tipo de cambio. Éste último mantiene su potestad para
intervenir en el mercado cambiario solo cuando existan movimientos disruptivos
de la divisa.
Por otro lado el nuevo programa contempla
reducir los pasivos remunerados del BCRA a través de dos mecanismos: la
aplicación del aumento de la demanda de dinero a la compra de Letras del Banco
Central (LEBAC) y la venta de pasivos de mediano y largo plazo por parte del
tesoro para comprarle al BCRA letras intransferibles emitidas por el tesoro. De
esta manera se reducirá el stock de deuda del estado argentino consolidado y se
alargará su perfil de vencimientos. Asimismo, estas operaciones reducirán el
stock de pasivos de corto plazo del BCRA con relación a sus reservas
internacionales.
Este proceso se implementará reduciendo a cero
de aquí en adelante el financiamiento monetario del BCRA al fisco. Por otra
parte, el Tesoro se ha comprometido a un esquema por el cual fortalecerá
financieramente al Banco Central comprando Letras Intransferibles adeudadas con
la entidad. El objetivo es que el tesoro compre al BCRA letras intransferibles
por el equivalente en pesos a USD 25.000 millones a una velocidad que dependerá
de las condiciones de mercado.
A modo de ejemplo, si el Tesoro consigue pesos
en el mercado con una emisión de deuda usará parte de esos pesos para cancelar
anticipadamente deuda del Tesoro con el BCRA (Letras Intransferibles). Con lo
cual esos pesos desaparecen del mercado. El propio mercado necesitará los pesos
faltantes y la única manera de conseguirlos será vendiéndole LEBAC al Banco
Central. De este modo al final del camino habrá menos LEBAC circulando y la
misma cantidad de pesos. Asimismo, la deuda de corto plazo del BCRA se transformará
en deuda a un plazo más largo del Tesoro.
Puesto en buen romance, la idea es ir
reduciendo en el tiempo el stock de Lebacs y expandir plazos de las mismas, de
manera de evitar los megavencimientos mensuales.
Otro hecho relevante es el fortalecimiento de
la independencia del Banco Central. El
Poder Ejecutivo enviará al Congreso un proyecto de reforma de Carta Orgánica del
BCRA cuyos ejes principales serán el aumento de su independencia operacional y
financiera al mismo tiempo que se le exigirá a la institución una mayor
transparencia en la presentación de sus balances. Asimismo, se jerarquizará el
objetivo de estabilidad de precios del BCRA y sus autoridades deberán rendir
cuentas acerca del logro de sus objetivos.
Sin lugar a dudas el acuerdo es importante y
alivia la presión financiera y cambiaria del país hasta el final del mandato
del Presidente Macri, sin embargo hay dos cuestiones que resaltar:
1- La
volatilidad cambiaria seguirá estando al orden del día. El proceso de
endurecimiento monetario golpea a las monedas emergentes en forma contundente,
Argentina y Turquía fueron los primeros exponentes, luego le siguió Brasil y
Sudáfrica.
2- El
acuerdo es un rescate, así debe tomarse. Es un signo de debilidad
macroeconómica más allá del apoyo de la comunidad internacional. Ergo, la
solución del problema sigue sin aparecer y ciertamente no es el FMI. Veremos…
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